Instalación sonora, que a través de frecuencias creadas por un proceso de retroalimentación, involucra a la audiencia en la percepción de espacios vacíos.
Dispositivos de transducción electrónica se adosan y ocultan en paredes, columnas y otras superficies del espacio arquitectónico, haciendo que el entorno vibre y los sonidos se acoplen entre sí y con la materialidad del lugar.
Un movimiento orientado por el sentido del escucha.